Carlos, Carlitos jamás pensé que nos volveríamos a ver, pasó tanto tiempo tanta agua bajo el puente, tantos recuerdos Carlitos, y mirá las vueltas de la vida que encontrarnos aquí.
Te acordás de la barra cuando nos juntábamos en la esquina del ruso, el rusito Tessler que jugaba tan bien a la pelota ¿Te acordás?
Bueno, hace poco me enteré que se fue del barrio, a Israel, puso un negocio de importación o algo así, le va bien.
¿Y del gallego Fernández, te acordás?
Se casó con la Mecha, la Mecha, la hermana de Rodolfo el hijo del carnicero, la que le decíamos la maga, nada por delante nada por detrás, ah te reís…Te acordaste.
Que época, como nos rascábamos las bolas todo el día, pensar Carlitos que estábamos todo el día juntos, ¿Y dónde íbamos a estar?, la televisión era en blanco y negro ni videos, ni nada.
Che te acordás esa vez que con el turco fuimos al cine Corro a ver una película de Isabel Sarli, en el medio de la proyección soltamos un pajarito, y se daba con la cabeza en la pantalla, nos echaron a patadas del cine.
¡No claro! no te acordás porque no fui con vos… Estaba yo, el gitano papayo, el burro adelante, el gitano y yo… A ese no lo vi más. Después con el tiempo nos fuimos casando, cada uno se fue para su lado… Que se yo, la vida.
Vos te metiste en la política, el ruso se fue, ah sí ya te lo dije, del turco no supe mas nada.
Que muchachada…Todos decían que yo iba a ser médico… ¿Te acordás? sapo que encontraba en el cañaveral de la calle del barrio, sapo que despanzurraba, y aquella vez que ahogamos a los gatitos en la cloaca, por joder…
No, vos no estabas, eso lo hicimos con el turco, respira profundo Carlitos, eso, eso así, bien.
Que época, que se yo nos divertíamos con poco ¿No?
Ahora que lo pienso eras raro vos…Siempre tratando de que no nos peleáramos, que estudiáramos, vos siempre con un libro, siempre mirando el cielo y las estrellas. La verdad te confieso que pensé en un momento que si no eras puto le pasabas raspando.
Por suerte siempre te enganchaba hablando con mujeres, si no te cagábamos a trompadas, si con el turco lo habíamos hablado.
Si este es puto, lo cagamos a trompadas para enderezarlo, o lo culeamos para que aprenda.
Pero el día que te vimos manoseándote con Dorita en el cañaveral nos quedamos más tranquilos, yo le dije al turco, es raro pero bueno, puto no es.
Te acordás cuando… No Carlitos es mejor que no tomes agua…Respira profundo.
Che tus viejos se mudaron ¿No? porque fuimos a verlos con el turco y me dijo la vecina que hacía un tiempo que la casa estaba vacía, de la que no supe mas nada es de tu hermana Carolina, se decía que estaba trabajando con vos.
¿Cómo que no sabes dónde está?…Del marido tampoco y de tus viejos, he que desamorado.
Hace memoria Carlitos, de Enrique Amaral, de Javier Tenembin, de Carolina Gonzaga tampoco te acordás.
Siempre fuiste de poca memoria Carlos, hace un esfuerzo…
Mirá en este papel están escritos los nombres y es tu letra me lo vas a decir a mí, que me la pasé copiando tus apuntes en la secundaria, no me recibía ni borracho, en eso te tengo que agradecer nunca me boconeaste con los profesores.
Así que no recordás dónde están, bueno igual vos sabes que yo necesito encontrarlos, de aquí no nos podemos ir hasta que me lo digas, dale hace memoria Carlitos, un último esfuerzo por los viejos tiempos.
¿No?
Aguantá…No grites…No seas flojo, la descarga es un momento Carlitos, es para que hagas memoria.
Mirá que sos un tipo de suerte…De todos los lugares que podías caer te mandaron justo dónde estaba yo.
Vos ahora desnudo en la parrilla y mojado no me lo vas a reconocer, pero yo esto así no se lo hago a todos, me refiero con tanto cuidado, con tanto aprecio, digo.
Si se enteran que en los huevos la picana te la pongo poco me lanzan al carajo.
Pero bueno por los viejos tiempos, no seas duro y larga la información que buscamos, te digo que yo no estoy todos los días…Mañana te tortura otro que no conoces y no hay tanta contemplación.
-¡Carlitos! Jamás pensé que nos volveríamos a ver…Nunca más…
Autor : Fernando Omar Vecchiarelli
Nota del Autor: Entre los años 1974 y1981 las dictaduras sudamericanas utilizaban la tortura con picana eléctrica para lograr declaraciones a los detenidos en Centros Clandestinos, luego desaparecian por diferentes métodos de exterminio.-