PARTE IV: -EL PORTAL
Mientras Jundita se acurrucaba entre las mochilas, Celio y Rodolfo quemaron el cuerpo inerte de la serpiente. En cada cruce de miradas, podían apreciarse los cientos de enigmas que albergaban sus mentes… Rodolfo quebró el silencio diciendo: …-“Bueno,… ¿supongo que podrás explicarme que rayos ha pasado no?...”- Celio movió negativamente la cabeza, en clara señal de no conocer las respuestas…
Después de tomar unos cafés y atizar el fuego, entraron en la carpa, donde Jundita dormía plácidamente… Al verlo, los dos rieron casi al mismo tiempo, y resolvieron hacer lo mismo. Una vez situados en las colchonetas, el gato se acomodó entre ellos y su apacible ronroneo, obró como paliativo para ambos, que de inmediato conciliaron el sueño…
El despertador repicó puntualmente a las 04.30 horas. Salieron a refrescarse y preparar las cosas para emprender su tercer día de búsqueda. Tomaron un desayuno rápido y le sirvieron algo de leche al gato, que la aceptó con suma satisfacción. Ahora tendrían un problema mas: ¿Qué harían con Jundita?... Estaban dudando entre llevarlo con ellos o dejarlo en el campamento,…cuando Rodolfo expeditivamente dijo la frase correcta: …”-Dejemos que el animalito haga lo que prefiera, total,…si fue capaz de eliminar en dos segundos a la bestia mas peligrosa de esta jungla,…¿qué le podría pasar si decidiera quedarse aquí?... Celio aceptó, acarició al gato, se despidió de él,… y partieron rumbo a la zona…
No habrían caminado ni cien metros cuando Celio Volvió a “sentir” esa mirada familiar en sus espaldas, sonrió y dijo: “…- Rodolfo mirá detrás de mi por favor…” Su amigo giró la cabeza,…y allí venía muy tranquilo Jundita a reunirse con ellos… Los sobrepasó unos metros y se ubicó diez pasos por delante. Lo gracioso fue que a cada tanto, detenía su marcha y se daba vuelta, para ver si ellos continuaban detrás. En un momento observaron, que por seguirlo, estaban apartándose del camino original… Cuando intentaban cambiar de orientación, el felino volvía a ubicarse al frente, para volver a desviarlos… Era muy notorio que este movimiento lo estaba haciendo adrede… Por fin optaron por detenerse, para tratar de dilucidar que es lo que el animal quería hacer. Se sentaron y Jundita repitió lo efectuado la noche previa: mirar a Celio muy fijo y en seguida girar la cabeza para clavar sus ojos en dirección oeste…
Luego de cambiar ideas al respecto, tomaron la decisión de seguir al gato…después de todo, ya había probado con creces cualidades muy “especiales”…
El único inconveniente se presentaba en que el camino elegido por él, empezaba a hacerse muy complicado, debido al tipo frondoso de vegetación. A cada instante se hacía mas y mas impenetrable…Tuvieron que abrirse paso a fuerza de machete, además de tomar la precaución de dejar marcas cada diez metros, para no desorientarse en el camino de regreso. Nunca habían estado en un lugar de la jungla con tanta frondosidad, motivo por el cual, tenían que hacer grandes esfuerzos para observar la luz del sol a través de los árboles.
Para Jundita en cambio, todo resultaba mas simple, él avanzaba fácilmente entre el ramaje y luego se echaba cómodamente en el pasto para esperarlos…
Cuando habían recorrido cerca de un Km. decidieron descansar y sentarse sobre un viejo tronco…En ese momento, cuando Rodolfo estaba atando los cordones de sus botas, vio un objeto brillante unos metros adelante…Se acercó y lo recogió del suelo…¡¡¡Su sorpresa fue enorme, al recoger con sus manos otra moneda exactamente igual a la que ya poseían!!!…
Ambos quedaron perplejos al observar el nuevo hallazgo, y miraron de costado a Jundita que correteaba festivamente entre la maleza…
El gato no sólo los había salvado de una muerte horrible, sino que además, los estaba guiando con gran precisión, al centro del territorio que ansiosamente estaban buscando…
Quedaron muy asombrados, no sólo por el nuevo descubrimiento, sino por la forma en que Jundita los había guiado hasta él.
Se miraron nuevamente buscando en cada gesto alguna explicación lógica que les permitiera entender lo que estaba sucediendo…Después de permanecer unos minutos en silencio, Celio elaboró una reflexión: …-“ Estamos en medio de una zona jamás hollada por ser humano alguno,… debemos estar preparados para observar ciertos hechos, que escapen notoriamente a nuestro entendimiento…Creo que el gato es un enviado de Dios, y por alguna razón que aun desconocemos, nos esta protegiendo y ayudando…Quizás encontremos la fortuna que hemos imaginado…O tal vez hallemos algo que esté necesitando la humanidad…Pero siento en mi interior la evidencia y la certidumbre, que será muy importante lo que descubriremos,… sea lo que sea…”- Rodolfo intentó forzar una efímera y sarcástica sonrisa de descreimiento, ante lo dicho por su amigo,…Pero no lo hizo, al observar lágrimas en sus ojos… Por el contrario,… se acercó a él y lo abrazó fraternalmente para contener su llanto…
Al cabo de unos minutos, estaban en marcha de nuevo con Jundita brincando muy feliz delante de ellos.
El camino por donde el gato los llevaba se hacía más intrincado y abrupto a cada paso. Hicieron cálculos rápidos, y se percataron que les sería imposible regresar a esas horas al campamento. De hacerlo, serían atrapados por la oscuridad del anochecer… Entonces optaron por continuar, y hacer noche en algún rellano que encontrasen…Cuando estaban a punto de caer exhaustos vieron pasmados que Jundita se había detenido y permanecía estático, mirando hacia su derecha…
Rodolfo tuvo un escalofrío al hacer memoria de aquélla horripilante serpiente y desenfundó su arma previsoramente… Pero no había ninguna bestia en la dirección que el gato tenia orientada su mirada…Hicieron una breve observación general, con el mismo resultado negativo…
Sólo les causó una profunda extrañeza la presencia de dos árboles de un peculiar color violáceo… Era muy sabido que en la Jungla, no existen los matices de ese tono. Se acercaron para tener una visión más nítida de ellos, dada la escasez de luz existente… Y sin dudas la tonalidad de los árboles era violeta... Su altura no sobrepasaba los 20 metros, y eran poco frondosos. Lo extraño de ellos era su corteza, extremadamente suave, similar a la textura de un lienzo de terciopelo…Hasta se podría decir, que era muy placentera al tacto,... en medio de tanto arbusto, y tanta maleza rustica y agreste…
Luego de hacer una revisión de la zona, decidieron que era lo suficientemente tranquila para acampar en ella,…además que su “guía”, ya estaba tendido en el pasto en claro síntoma de tomarse un merecido descanso…
Debido a que dormirían a la intemperie, prepararon cuatro fogatas, armando con ellas un cuadrado de unos cinco metros de lado. Colocaron en el centro, una quinta fogata e instalaron cerca de ella sus colchonetas. Se refrescaron un poco con el agua que habían recogido de un providencial arroyo cercano, divisado poco antes que Jundita decidiera ubicarse frente a los mencionados árboles...
La fogata central, la utilizaron como brasero, ya que Rodolfo había prometido cocinar un riquísimo guiso, a base de frijoles, y con un agregado de truchas que también había pescado fácilmente en aquel arroyuelo.
A todo esto, el gato se había “cautivado” con los famosos árboles violeta, situándose en medio de ellos. Y desde allí no perdía ningún movimiento que Celio y su amigo efectuaran. Cuando Rodolfo sirvió la cena, Jundita aceptó con mucha satisfacción, el suculento trozo de trucha que Rodolfo le convidó.
Apenas acabaron la cena se acostaron, ya que no podían soportar un minuto más el terrible cansancio acumulado... Casi de inmediato, el sueño los envolvió rápidamente...
Cerca de las 2 AM, Celio despertó, debido a una intensa sed producida por el exceso de sal en la comida. Contrariado, se dio cuenta que su amigo había utilizado toda el agua existente para preparar la cena…
Tomó el farol, las alcarrazas y resignado se encaminó hacia el arroyo... Mientras regresaba, divisaba a la distancia con mucha claridad, las cuatro fogatas humeantes. Y debido al resplandor que éllas causaban observó a Jundita sentado entre sus “queridos” árboles aterciopelados... Se detuvo un instante...y lo que vio después lo dejó atónito y casi sin aliento...
Detrás del gato observó perfectamente la silueta de un hombre que se movía entre ambos árboles...En un primer momento tuvo la intención de hacer un rodeo y acercarse por las espaldas del sujeto para averiguar sus propósitos, ya que temía por la vida de Jundita... Pero al ver al gato muy tranquilo, decidió agacharse y seguir la vigilancia desde allí...
La escena le provocó gran desconcierto, al notar que el gato comenzaba a recorrer con su habitual parsimonia, la línea imaginaria que unía un árbol con el otro... Cuando hubo repetido ese trayecto cerca de veinte veces, el sujeto que aun permanecía detrás, levantó uno de sus brazos y Jundita detuvo su caminata... Seguidamente una fuerte luminosidad blanquecina se generó de la nada entre los dos árboles,...formando algo similar a una pantalla de cine de unos cuatro metros de largo por tres de alto...Seguía viendo al gato por delante de ese rarísimo “tapiz” lumínico,...pero ya no divisaba al hombre, suponiendo entonces, que él se encontraría oculto entre la maleza...
Seguidamente su ansiedad lo superó y fue directamente hacia allí... Jundita al verlo, corrió presuroso a su encuentro y como era su costumbre, refregó su cuerpo con el de Celio, en clara señal de alegría por su presencia... Celio sin apartar los ojos de aquella extraña “pared” de luz, fue a despertar a Rodolfo. Lo hizo de una forma muy sigilosa, dado que no sabía con exactitud, donde se ocultaba el extraño sujeto, al cual perdió de vista al formarse aquella trama opalina y luminosa...
Su amigo dormía como bebé, y fue ardua la tarea para despertarlo,… incluso una vez que lo hubo conseguido, tardó unos cuantos minutos en lograr despabilarlo por completo...Lo primero que Rodolfo percibió fue el rostro pálido y desencajado de su compañero... No intentó explicarle en ese momento todo lo que había visto...sólo le hizo un ademán para que viera, por él mismo, el portento generado entre los dos condenados árboles...
Cuando Rodolfo tuvo plena conciencia de lo que estaba viendo, instintivamente se levantó dando un salto hacia atrás… “-…Decime amigo… ¿¡¡que diablos es eso!!?...”- Celio entonces, lo puso al tanto de lo que había observado previamente, y “cómo” esa cortina de luz se hubo generado… Además hizo referencia de la silueta que merodeaba detrás del raro fenómeno incandescente…
Entretanto Jundita los miraba produciendo pequeños maullidos, cosa que nunca antes había hecho…
Los dos amigos decidieron acercarse con mucho sigilo… Rodolfo, como era habitual, se calzó su 45 en la cintura, y Celio hizo lo propio, llevando consigo uno de los dos afilados machetes… El gato se colocó rápidamente delante de ellos y avanzó presuroso hacia el haz de luz… Sólo detuvo su andar cuando estaba a menos de un metro del sitio en cuestión… La tranquilidad que mostraba el felino, obró como un bálsamo entre ellos, y su aprensión fue disminuyendo lentamente… En realidad la incertidumbre mayor de ambos estaba centrada en la misteriosa figura humana,… de la cual ignoraban su paradero…
Una vez que estuvieron de frente al telón de luz blanquecina, Rodolfo hizo un rodeo para investigar que había detrás de ella…Una vez allí se percató que todo era absolutamente normal…Sólo árboles, breñas, matorrales y todo lo habitual y conocido que puede hallarse en la selva… Celio incluso llegó a creer que la silueta divisada era sólo fruto de su imaginación…
Permanecieron quietos unos minutos, como a la espera de que “algo” ocurriese… Por fin Rodolfo dijo a su amigo que sería mejor retornar y descansar un rato hasta que amanezca…En ese momento vieron asombrados como Jundita, después de mirarlos de manera muy especial, trasponía de un salto la extraña luminiscencia, desapareciendo instantáneamente de su vista… Rodolfo entonces, viendo la expresión de angustia en su amigo, lo tomó fuertemente del brazo y le dijo: “…-Vamos compañero,…llegamos hasta aquí, y estamos vivos, gracias a ese condenado gato… ¿Que podría pasarnos de malo, si una vez más seguimos sus pasos?”…-
Y así,…ambos cruzaron el portal…
Sergiotarot
Mientras Jundita se acurrucaba entre las mochilas, Celio y Rodolfo quemaron el cuerpo inerte de la serpiente. En cada cruce de miradas, podían apreciarse los cientos de enigmas que albergaban sus mentes… Rodolfo quebró el silencio diciendo: …-“Bueno,… ¿supongo que podrás explicarme que rayos ha pasado no?...”- Celio movió negativamente la cabeza, en clara señal de no conocer las respuestas…
Después de tomar unos cafés y atizar el fuego, entraron en la carpa, donde Jundita dormía plácidamente… Al verlo, los dos rieron casi al mismo tiempo, y resolvieron hacer lo mismo. Una vez situados en las colchonetas, el gato se acomodó entre ellos y su apacible ronroneo, obró como paliativo para ambos, que de inmediato conciliaron el sueño…
El despertador repicó puntualmente a las 04.30 horas. Salieron a refrescarse y preparar las cosas para emprender su tercer día de búsqueda. Tomaron un desayuno rápido y le sirvieron algo de leche al gato, que la aceptó con suma satisfacción. Ahora tendrían un problema mas: ¿Qué harían con Jundita?... Estaban dudando entre llevarlo con ellos o dejarlo en el campamento,…cuando Rodolfo expeditivamente dijo la frase correcta: …”-Dejemos que el animalito haga lo que prefiera, total,…si fue capaz de eliminar en dos segundos a la bestia mas peligrosa de esta jungla,…¿qué le podría pasar si decidiera quedarse aquí?... Celio aceptó, acarició al gato, se despidió de él,… y partieron rumbo a la zona…
No habrían caminado ni cien metros cuando Celio Volvió a “sentir” esa mirada familiar en sus espaldas, sonrió y dijo: “…- Rodolfo mirá detrás de mi por favor…” Su amigo giró la cabeza,…y allí venía muy tranquilo Jundita a reunirse con ellos… Los sobrepasó unos metros y se ubicó diez pasos por delante. Lo gracioso fue que a cada tanto, detenía su marcha y se daba vuelta, para ver si ellos continuaban detrás. En un momento observaron, que por seguirlo, estaban apartándose del camino original… Cuando intentaban cambiar de orientación, el felino volvía a ubicarse al frente, para volver a desviarlos… Era muy notorio que este movimiento lo estaba haciendo adrede… Por fin optaron por detenerse, para tratar de dilucidar que es lo que el animal quería hacer. Se sentaron y Jundita repitió lo efectuado la noche previa: mirar a Celio muy fijo y en seguida girar la cabeza para clavar sus ojos en dirección oeste…
Luego de cambiar ideas al respecto, tomaron la decisión de seguir al gato…después de todo, ya había probado con creces cualidades muy “especiales”…
El único inconveniente se presentaba en que el camino elegido por él, empezaba a hacerse muy complicado, debido al tipo frondoso de vegetación. A cada instante se hacía mas y mas impenetrable…Tuvieron que abrirse paso a fuerza de machete, además de tomar la precaución de dejar marcas cada diez metros, para no desorientarse en el camino de regreso. Nunca habían estado en un lugar de la jungla con tanta frondosidad, motivo por el cual, tenían que hacer grandes esfuerzos para observar la luz del sol a través de los árboles.
Para Jundita en cambio, todo resultaba mas simple, él avanzaba fácilmente entre el ramaje y luego se echaba cómodamente en el pasto para esperarlos…
Cuando habían recorrido cerca de un Km. decidieron descansar y sentarse sobre un viejo tronco…En ese momento, cuando Rodolfo estaba atando los cordones de sus botas, vio un objeto brillante unos metros adelante…Se acercó y lo recogió del suelo…¡¡¡Su sorpresa fue enorme, al recoger con sus manos otra moneda exactamente igual a la que ya poseían!!!…
Ambos quedaron perplejos al observar el nuevo hallazgo, y miraron de costado a Jundita que correteaba festivamente entre la maleza…
El gato no sólo los había salvado de una muerte horrible, sino que además, los estaba guiando con gran precisión, al centro del territorio que ansiosamente estaban buscando…
Quedaron muy asombrados, no sólo por el nuevo descubrimiento, sino por la forma en que Jundita los había guiado hasta él.
Se miraron nuevamente buscando en cada gesto alguna explicación lógica que les permitiera entender lo que estaba sucediendo…Después de permanecer unos minutos en silencio, Celio elaboró una reflexión: …-“ Estamos en medio de una zona jamás hollada por ser humano alguno,… debemos estar preparados para observar ciertos hechos, que escapen notoriamente a nuestro entendimiento…Creo que el gato es un enviado de Dios, y por alguna razón que aun desconocemos, nos esta protegiendo y ayudando…Quizás encontremos la fortuna que hemos imaginado…O tal vez hallemos algo que esté necesitando la humanidad…Pero siento en mi interior la evidencia y la certidumbre, que será muy importante lo que descubriremos,… sea lo que sea…”- Rodolfo intentó forzar una efímera y sarcástica sonrisa de descreimiento, ante lo dicho por su amigo,…Pero no lo hizo, al observar lágrimas en sus ojos… Por el contrario,… se acercó a él y lo abrazó fraternalmente para contener su llanto…
Al cabo de unos minutos, estaban en marcha de nuevo con Jundita brincando muy feliz delante de ellos.
El camino por donde el gato los llevaba se hacía más intrincado y abrupto a cada paso. Hicieron cálculos rápidos, y se percataron que les sería imposible regresar a esas horas al campamento. De hacerlo, serían atrapados por la oscuridad del anochecer… Entonces optaron por continuar, y hacer noche en algún rellano que encontrasen…Cuando estaban a punto de caer exhaustos vieron pasmados que Jundita se había detenido y permanecía estático, mirando hacia su derecha…
Rodolfo tuvo un escalofrío al hacer memoria de aquélla horripilante serpiente y desenfundó su arma previsoramente… Pero no había ninguna bestia en la dirección que el gato tenia orientada su mirada…Hicieron una breve observación general, con el mismo resultado negativo…
Sólo les causó una profunda extrañeza la presencia de dos árboles de un peculiar color violáceo… Era muy sabido que en la Jungla, no existen los matices de ese tono. Se acercaron para tener una visión más nítida de ellos, dada la escasez de luz existente… Y sin dudas la tonalidad de los árboles era violeta... Su altura no sobrepasaba los 20 metros, y eran poco frondosos. Lo extraño de ellos era su corteza, extremadamente suave, similar a la textura de un lienzo de terciopelo…Hasta se podría decir, que era muy placentera al tacto,... en medio de tanto arbusto, y tanta maleza rustica y agreste…
Luego de hacer una revisión de la zona, decidieron que era lo suficientemente tranquila para acampar en ella,…además que su “guía”, ya estaba tendido en el pasto en claro síntoma de tomarse un merecido descanso…
Debido a que dormirían a la intemperie, prepararon cuatro fogatas, armando con ellas un cuadrado de unos cinco metros de lado. Colocaron en el centro, una quinta fogata e instalaron cerca de ella sus colchonetas. Se refrescaron un poco con el agua que habían recogido de un providencial arroyo cercano, divisado poco antes que Jundita decidiera ubicarse frente a los mencionados árboles...
La fogata central, la utilizaron como brasero, ya que Rodolfo había prometido cocinar un riquísimo guiso, a base de frijoles, y con un agregado de truchas que también había pescado fácilmente en aquel arroyuelo.
A todo esto, el gato se había “cautivado” con los famosos árboles violeta, situándose en medio de ellos. Y desde allí no perdía ningún movimiento que Celio y su amigo efectuaran. Cuando Rodolfo sirvió la cena, Jundita aceptó con mucha satisfacción, el suculento trozo de trucha que Rodolfo le convidó.
Apenas acabaron la cena se acostaron, ya que no podían soportar un minuto más el terrible cansancio acumulado... Casi de inmediato, el sueño los envolvió rápidamente...
Cerca de las 2 AM, Celio despertó, debido a una intensa sed producida por el exceso de sal en la comida. Contrariado, se dio cuenta que su amigo había utilizado toda el agua existente para preparar la cena…
Tomó el farol, las alcarrazas y resignado se encaminó hacia el arroyo... Mientras regresaba, divisaba a la distancia con mucha claridad, las cuatro fogatas humeantes. Y debido al resplandor que éllas causaban observó a Jundita sentado entre sus “queridos” árboles aterciopelados... Se detuvo un instante...y lo que vio después lo dejó atónito y casi sin aliento...
Detrás del gato observó perfectamente la silueta de un hombre que se movía entre ambos árboles...En un primer momento tuvo la intención de hacer un rodeo y acercarse por las espaldas del sujeto para averiguar sus propósitos, ya que temía por la vida de Jundita... Pero al ver al gato muy tranquilo, decidió agacharse y seguir la vigilancia desde allí...
La escena le provocó gran desconcierto, al notar que el gato comenzaba a recorrer con su habitual parsimonia, la línea imaginaria que unía un árbol con el otro... Cuando hubo repetido ese trayecto cerca de veinte veces, el sujeto que aun permanecía detrás, levantó uno de sus brazos y Jundita detuvo su caminata... Seguidamente una fuerte luminosidad blanquecina se generó de la nada entre los dos árboles,...formando algo similar a una pantalla de cine de unos cuatro metros de largo por tres de alto...Seguía viendo al gato por delante de ese rarísimo “tapiz” lumínico,...pero ya no divisaba al hombre, suponiendo entonces, que él se encontraría oculto entre la maleza...
Seguidamente su ansiedad lo superó y fue directamente hacia allí... Jundita al verlo, corrió presuroso a su encuentro y como era su costumbre, refregó su cuerpo con el de Celio, en clara señal de alegría por su presencia... Celio sin apartar los ojos de aquella extraña “pared” de luz, fue a despertar a Rodolfo. Lo hizo de una forma muy sigilosa, dado que no sabía con exactitud, donde se ocultaba el extraño sujeto, al cual perdió de vista al formarse aquella trama opalina y luminosa...
Su amigo dormía como bebé, y fue ardua la tarea para despertarlo,… incluso una vez que lo hubo conseguido, tardó unos cuantos minutos en lograr despabilarlo por completo...Lo primero que Rodolfo percibió fue el rostro pálido y desencajado de su compañero... No intentó explicarle en ese momento todo lo que había visto...sólo le hizo un ademán para que viera, por él mismo, el portento generado entre los dos condenados árboles...
Cuando Rodolfo tuvo plena conciencia de lo que estaba viendo, instintivamente se levantó dando un salto hacia atrás… “-…Decime amigo… ¿¡¡que diablos es eso!!?...”- Celio entonces, lo puso al tanto de lo que había observado previamente, y “cómo” esa cortina de luz se hubo generado… Además hizo referencia de la silueta que merodeaba detrás del raro fenómeno incandescente…
Entretanto Jundita los miraba produciendo pequeños maullidos, cosa que nunca antes había hecho…
Los dos amigos decidieron acercarse con mucho sigilo… Rodolfo, como era habitual, se calzó su 45 en la cintura, y Celio hizo lo propio, llevando consigo uno de los dos afilados machetes… El gato se colocó rápidamente delante de ellos y avanzó presuroso hacia el haz de luz… Sólo detuvo su andar cuando estaba a menos de un metro del sitio en cuestión… La tranquilidad que mostraba el felino, obró como un bálsamo entre ellos, y su aprensión fue disminuyendo lentamente… En realidad la incertidumbre mayor de ambos estaba centrada en la misteriosa figura humana,… de la cual ignoraban su paradero…
Una vez que estuvieron de frente al telón de luz blanquecina, Rodolfo hizo un rodeo para investigar que había detrás de ella…Una vez allí se percató que todo era absolutamente normal…Sólo árboles, breñas, matorrales y todo lo habitual y conocido que puede hallarse en la selva… Celio incluso llegó a creer que la silueta divisada era sólo fruto de su imaginación…
Permanecieron quietos unos minutos, como a la espera de que “algo” ocurriese… Por fin Rodolfo dijo a su amigo que sería mejor retornar y descansar un rato hasta que amanezca…En ese momento vieron asombrados como Jundita, después de mirarlos de manera muy especial, trasponía de un salto la extraña luminiscencia, desapareciendo instantáneamente de su vista… Rodolfo entonces, viendo la expresión de angustia en su amigo, lo tomó fuertemente del brazo y le dijo: “…-Vamos compañero,…llegamos hasta aquí, y estamos vivos, gracias a ese condenado gato… ¿Que podría pasarnos de malo, si una vez más seguimos sus pasos?”…-
Y así,…ambos cruzaron el portal…
Sergiotarot