7 abr 2010

SOBRE LOS RIELES

 

La escena transcurre en un vagón del tren salido de la capital rumbo al interior de la provincia.
Una nueva semana comienza y con ella el acostumbrado recorrido por los pueblitos de tierra adentro; la ocupación de viajante involucra la visita mensual a sus queridos clientes.
La mayoría de los asientos desocupados, en la mitad del vagón una mujer ocupa uno de ellos; esta leyendo un libro. Pensó en sentase frente a ella, pero decidió hacerlo en la fila de al lado, para no molestar.
Unos segundos anteriores a la partida entró un hombre muy apuesto, se detuvo unos metros detrás de la fila en la cual estaban sentados: los miró y como estudiando el ambiente, optó por ubicarse frente a la mujer del libro. Ésta, ni se mosqueo. 
El tren se puso en movimiento, un largo viaje le esperaba.
El susodicho miraba por la ventanilla, pero cada tanto giraba la cabeza hacia su compañera fortuita; un brinco ocasionado por un desnivel en las vías, detalle muy conocido por los asiduos viajeros, ocasionó la caída del señalador del libro que sostenía la mujer sobre sus faldas. Tanto ella como el caballero se inclinaron con el fin de levantarlo. Un leve roce entre sus manos, un discreto y fugaz cruce de miradas, fueron mas que suficientes para dar por abierto el dialogo.
-No se moleste, se lo agradezco, Sr...
-Esteban. Por favor, ha sido un placer, Srta...
-Olga Zwagg, muy amable caballero.
-Por lo visto muy interesante el libro.
-¿Porqué lo dice? ¿Lo ha leído?
-Me llamó la atención su lectura, el volver las hojas una y otra vez, como recapacitando, o quizás tratando de descifrar lo escrito. ¿Me equivoco?
-No, por el contrario, lo que si debo reconocer que es una persona muy detallista, y es mas, le confesaré que ha dado en la tecla justa, se trata de un libro de estudio sobre épocas antiguas, costumbres y demás, por lo cual quisiera recordar tal o cual detalle, y no me queda otra que volver y releer sobre dicho punto.
-Si me permite desearía corroborar lo escuchado,¿Su apellido es Zwagg, como el del famoso arquitecto alemán?
-Exacto, y agregaré un dato para complacer su curiosidad, era mi tío, hermano mayor de mi padre, también fallecido. Quiero creer que es Ud. de aquella profesión  ¿ tal vez?
-No, no, nada que ver. Soy fotógrafo, actúo en forma libre, trató de ubicar mis tomas en manos del mejor postor. Mi especialidad son los puentes, los admiro, los respeto, tengo cierta afición a ellos, reconozco su fuerza, su austeridad, y considero excepcional su ayuda para unir, acercar y en mas de una oportunidad evitar conflictos.
-Ahora entiendo, mi tío era experto en el diseño de puentes; en cuanto a ellos siempre me resultaron fríos, simplemente un conjunto de hierros y alambres.
- Todo es cuestión de observar, tratar de interpretar, inmiscuirse dentro de aquello que esta frente nuestro, y esto no solo referente a elementos inertes. ¿La aburro con mis raras ideas?
-Me interesa, su punto de vista concuerda con su hincapié en los detalles, me atrevo a pensar que debe poseer un alto grado en el poder del convencimiento, ¿No estoy errada, cierto?
-Quiero interpretar que se refiere a mis relaciones personales, en especial con el sexo opuesto, ¿verdad?
-Por supuesto, un hombre apuesto, elegantemente vestido, modales excelentes, profesional, dueño de un vocabulario amplio, conocedor de mundo con seguridad, todas las puertas se abrirán ante sus deseos o pretensiones, no me equivoco, ¿verdad?
-Sus adjetivos elevan mi ego a un nivel respetable, y es mas al recibirlos de una dama, permitame así considerarla, los catalogo valederos y es un mérito para con mi persona.
-Ha conseguido sonrojarme, no estoy acostumbrada a este tipo de adulaciones, con gusto desearía continuar nuestra charla, con seguridad encontraríamos temas de mutuo interés. En un par de estaciones necesito descender, por lo tanto antes de que se me olvide le dejo mi tarjeta. Si encuentra un lugarcito entre toma y toma, con placer podría permitirme un vistazo a su colección de fotografías, ¿Las expone en algún lugar?
-No en una galería determinada, pero si en mi estudio fotográfico, situado en pleno centro de la city; esta es mi tarjeta con los datos. Seria una verdadera ocasión para charlar y quizás entablar una amistad, ¿Le parece la idea? Sabe que, no me conteste, permitase sorprenderme, siento intriga por las sorpresas.
-De acuerdo, acepto la consigna, eso si, no le prometo que será pronto. Me explicaré: el próximo mes viajo, con un grupo de compañeros y nuestro profesor a Grecia, será un viaje de estudios patrocinado por la Universidad de Atenas, con la finalidad de fomentar el intercambio cultural y científico entre nuestros países. Le comento que el año pasado recibimos aquí a un grupo similar de aquel país. Fue algo extraordinario, trajeron trabajos, los comentamos, agregamos nuestras opiniones, miramos decenas de fotos y diapositivas, fue un hermosa y productiva experiencia. Espero que nuestra visita resulte tan fructífera como aquella.
En ello estoy trabajando en estos días, me refiero al libro que estoy analizando, comparando detalles, con el fin de complementar nuestro trabajo que realizo en conjunto con mis colegas.
-Estuve trabajando en Atenas, durante algunos meses. Quedé impresionado por sus monumentos, edificios antiguos, reliquias, y las ruinas,¡oh,las ruinas! En especial me dediqué  a mi rubro, los puentes, pero mi atención fue ocupada, reconozco, por las estatuas, dicho sea de paso, muy bien conservadas, de las cuales obtuve unas decenas de tomas. Mi encanto fue tal, que inclusive compaginé un álbum con ellas, lo titulé "El pasado".
Con gusto podría facilitárselo para que le eche un vistazo. Eso si, con una condición: deberá dar su palabra que lo devolverá.¿Se anima?
-Que persona especial resultó.¿Cómo se le ocurre, siquiera pensar, tal atrevimiento de mi parte? Su delicado humor me tomó desprevenida, siento quizás un poco de miedo...
-¿Miedo? ¿De mi? No por favor, buena moza, soy la persona más inútil en lo se refiere a molestar, ofender o mal tratar a un semejante...
-Bueno, bueno, calmese, traté  de equiparar su talento humorístico; por lo visto excedí la cuenta, ¿verdad?
-No, al contrario, apruebo las personas sabedoras de reaccionar en forma casi instantánea como lo ha hecho, me gusta su estilo de conversación, el cual no coincide, si se permite, con su fisonomía externa...
-Creo que el caballero se permite atribuciones que lindan lo personal y ...
-Mis dsculpas, srta. no creí  en ningún momento que mis palabras causarían tal reacción de su parte. Es más, no quise ni pretendo inmiscuir en su vida. Considero que mis palabras fueron interpretadas en forma errada, posee todo su derecho en exigir mis disculpas. Lo reitero: tenga a bien aceptar mi sincero perdón.
-El sencillo hecho de acceder a entablar conversación con Ud. no le otorga ninguna clase de opción para extralimitarse a tal grado y opinar sobre mi persona, mi vestimenta, y...es mas, lo considero como una falta de respeto. Le suplico, tenga a bien abandonar su asiento, caso contrario, recurriré al inspector para que se ocupe de mi pedido. 
El susodicho no atinó a emitir vocablo. Al instante se puso de pie, saludó y salió del vagón muy de prisa.
La ofuscada damita, quisquillosa en demasía, a entender del corredor, miró la tarjeta del fotógrafo, la hizo una pelotita, y la arrojó al cesto de los desperdicios. Acomodó un poco sus cabellos, abrió el libro, y volvió a su interrumpida lectura.

El corredor de comercio sintió una improvista intención de entablar conversación con la susodicha pasajera...en el último momento desechó el intento.-Dejemoslo así-Se dejo para sus adentros.
Decidió salir a la baranda de los fumadores; entre los viciosos encontró al "atrevido" fotógrafo. Se acercó y cigarrillo en mano solicitó del susodicho fuego.
-Si, como no, por favor...
-Muy amable,¿Viaja lejos?
-Mas o menos, unas cuantas estaciones, ¿Y usted?
-Solo otras dos, por suerte, mi trabajo no me da descanso.
-Seré curioso, ¿A que se dedica? Si no le incomoda mi pregunta, por supuesto...
-No, faltaría mas, soy viajante, trato de vender hierros, largos y fríos; en esta zona abundan las empresas constructoras, varias de ellas figuran en mi cartera de clientes.
-¿Hierros, dijo?¿Qué clase?
-Vigas inmensas, de esas utilizables en las construcciones de puentes, y además todo lo concerniente,
¿Por qué lo pregunta, también Ud. es del ramo?
-No, nada de eso, sencillamente lo consulto pues me dedico a la fotografía, es mi profesión, y en ello me ocupo ya un par de años.
El viajante de comercio dedujo que no había sido reconocido y por lo tanto era obvio que su interlocutor ignoraba que su conversación, con el final nada agradable, mantenida con la mujercilla del libro. No obstante, para estar completamente seguro, insinuó:
-¿Fotógrafo de casamientos, fiestas, esas cosas?
-No, por favor, le explicaré, mi especialidad son los puentes,con el correr de los años desarrollé  una especie de atracción frente a esas moles de hierros, trabajados y manipulados, que se convierten en obras magnificas que tanta utilidad ofrecen al hombre y a la comunidad.
-Nunca pensé en tal forma, y si le sigo la corriente creeré que mi trabajo no es nada inútil y también yo participo en dichas obras de bien para el mundo todo. ¿Que le parece, compadre?
-Esta en lo cierto, con su trabajo contribuye, sin lugar a dudas,junto a los demás trabajadores, a lograr llevar a cabo tales construcciones. Es más puede sentirse orgulloso de la tarea que realiza.
-Ha sido un placer esta charla, deberíamos encontrarnos y me gustaría ver sus fotografías,¿Puede ser?
-Con mucho gusto, aquí le doy mi tarjeta con la dirección y teléfono, cuando le sea cómodo pase y le mostraré mis tomas.
Bajó en la estación "El viejo almacén". El tren reanudó la marcha. Levantó la vista y reconoció a la "damita del libro" ensimismada en la lectura. A pocos metros, su nuevo amigo el fotógrafo, exhalando su humo de grandeza.
¡Qué interesante el trabajo del viajante! Murmuró para sus adentros.
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BETO BROM
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5 abr 2010

ZAPATOS GASTADOS

El coche era nuevo y destacaba en aquella calle de casas de planta baja y sin asfaltar. Juana salió como de costumbre a despedirle. Sabía que se arriesgaba a miradas indiscretas. Se tranquilizó, pues con el niño delante, nadie pensaría mal de la visita a esas horas de la mañana, cuando el marido estaría ocupado bebiendo en el bar. Se miraron. Gabriel miró los zapatos de la criatura. La suela estaba muy gastada y casi no tenían charol. Se dieron sendos besos en las mejillas. Él pensó que en la próxima cita le regalaría unos. Ya verían como justificárselo al celoso marido. Eran primos y seguramente podría aceptarlo como un presente y no como un acto de caridad.
—Tengo que cambiarle los zapatos pero hasta el viernes no cobro —murmuró ella sin dejar de mirar el elegante traje que vestía él.
—Pero los tuyos están también muy gastados —respondió él.
—Pues hasta dentro de dos meses... ¡Ya ves!
Volvieron a abrazarse mientras ella musitaba algo ininteligible. Se separaron de nuevo como con dificultad.
—¿Qué decías? —preguntó él mientras se acercaba al automóvil y esgrimía la llave.
Las miradas de Juana esquivaron sus ojos. Se centraron en las ruedas del vehículo. Allí en la calle debía esconder los sentimientos. Él contempló la torpe bata floreada de estar por casa. Debió imaginar el futuro que le esperaba si ella no se escapaba de aquel agujero.
—Me voy... que tengo el fuego encendido.
—Antonio sigue sin trabajar, ¿verdad? —preguntó él; ella se detuvo.
—¿Por qué me lo vuelves a preguntar? —Respondió ella—, ya sabes que hace años que se puso de fotógrafo. No entra un duro en casa desde entonces —bajó la cabeza—. Si no fuese por las horas que echo en ese taller de confección no tendríamos ni para la luz. ¡Pero por favor, no hablemos más del asunto! que el cura ya lo santificó.
Se hizo un silencio y ella entró en casa. El pequeño se quedó allí, fascinado por la mecánica. Gabriel no lo advirtió. La bata de rayas azules se enganchó la puerta. Arrancó y arrastró al niño unos cuantos metros. Pudo agarrarse en el picaporte.
El pequeño pasó del pánico a la fascinación por arrastre. Algunos caminantes lo advirtieron y le hicieron señales. El conductor no hizo caso y giró en la primera esquina. El niño se agarraba aún con más fuerza. La inercia lo apretó contra el coche y entonces él se dio cuenta. Frenó en seco en medio de la calle. El marido que regresaba del bar dobló la esquina en ese momento. Salió la madre que fue avisada por las atentas y vigilantes vecinas. Gabriel apenas pudo balbucear unas disculpas.
—Si no llega a ser por los zapatos gastados... —dijo la madre, casi gritando mientras abrazaba al pequeño.
—Yo fui descalzo hasta los catorce ¿por qué no va él a ir igual? —respondió Antonio con voz achispada.
©  Manel Aljama (enero 2010)
© Ilustración Marta Aljama

LA MARIPOSA Y LA ESTRELLA



Cuenta la leyenda que una joven mariposa de cuerpo frágil y sensible volaba cierta tarde jugando con el viento cuando vio una estrella muy brillante y se enamoró.
Excitadísima regresó inmediatamente a su casa loca por contar a su madre que había descubierto lo que era el amor...
¡Qué tontería! Fue la fría respuesta de su madre
Las estrellas no fueron hechas para que las mariposas pudieran volar a su alrededor.
Decepcionada la mariposa decidió simplemente ignorar el comentario de su madre permitiéndose volver a alegrarse con su descubrimiento. ¡Qué maravilla poder soñar pensaba!
La noche siguiente la estrella continuaba en el mismo lugar y ella decidió que subiría hasta el cielo volando en torno de aquella luz radiante para demostrarle su amor.
Fue muy difícil sobrepasar la altura a la cual estaba acostumbrada, pero consiguió subir algunos metros por encima de su nivel de vuelo normal. Pensó que si cada día progresaba un poquito, terminaría llegando hasta la estrella.
Armándose de paciencia y comenzando a intentar vencer la distancia que la separaba de su amor. Esperaba con ansiedad la llegada de la noche...Cuando veía los primeros rayos de la estrella agitaba ansiosamente sus alas en dirección al firmamento.
Su madre cada vez más furiosa.
Decepcionada con su hija, decía.... Todas sus hermanas, primas y sobrinas ya tienen lindas quemaduras en sus alas, provocadas por las lámparas.
Sólo el calor de una lámpara es capaz de entusiasmar el corazón de una mariposa deberías dejar de lado estos sueños inútiles y conseguir un amor posible de alcanzar.
La joven mariposa irritada porque nadie respetaba lo que sentía decidió irse de la casa. Pero en el fondo como por otra parte siempre sucede, quedó marcada por las palabras de su madre considerando por un momento que ella tenía razón. Así, durante algún tiempo intentó olvidar a la estrella y enamorarse de la luz de las pantallas de casas suntuosas, de las luces que mostraban los
colores de cuadros magníficos, del fuego de las velas que quemaban en las más bellas catedrales del mundo.
Pero su corazón no conseguía olvidar a la estrella y después de ver que la vida sin su verdadero amor no tenía sentido... Resolvió reemprender su itinerario en dirección al cielo.
Noche tras noche intentaba volar lo más alto posible pero al caer la mañana con el cuerpo helado su alma se sumergía en una profunda tristeza...
Entretanto a medida que se iba haciendo mayor, pasó a prestar atención a todo cuanto veía a su alrededor.
Desde allá arriba podía vislumbrar las ciudades llenas de luces donde posiblemente sus primas, hermanas y sobrinas ya habrían encontrado un amor. Veía las montañas heladas, los océanos con olas gigantescas, las nubes que cambiaban de forma a cada minuto.
La mariposa comenzó a amar cada vez más a su estrella, porque era ella la que la impulsaba a conocer un mundo tan rico y hermoso. Pasó mucho tiempo y un buen día ella decidió volver a su casa.
Fue entonces cuando supo por los vecinos que su madre, sus hermanas, primas y sobrinas y todas las mariposas que había conocido habían muerto quemadas en las lámparas y en las llamas de las velas, destruidas por un amor que juzgaban fácil.
 La mariposa aun cuando jamás hubiera conseguido llegar hasta su estrella, vivió muchos años aún, descubriendo cada noche cosas diferentes e interesantes. Comprendiendo que a veces, los amores imposibles traen muchas más alegrías y beneficios que aquellos que están al alcance de nuestras manos.

Fotos y montaje...
Amparo Coronas

ÁNGEL Y EL HADA QUE NO SABÍA VOLAR



Era Navidad y el pequeño Ángel pasaba las fiestas con sus padres en la ciudad de París,ellos le habían llevado hasta allí por una semana, él estaba tan contento y emocionado por estar en esa ciudad tan hermosa que no podía dormir.
-Un ruido como si alguien llorase le llamo la atención, Ángel se levando y corrió hacia la ventana de aquel viejo hotel y cual fue su sorpresa cuando vio en el suelo una pequeña hada llorando.
-¿Que te ocurre porque lloras le pregunto el niño? no se volar, respondió la pequeña hada, no te preocupes le contesto Ángel yo te enseñare.
-Ángel cogió al hada y la metió en uno de los cagones de su ropa. dejo el cajón un poco abierto para que pudiera respirar y fue corriendo a buscar unas chocolatinas que había comprado para dárselas a el hada.
-Yo tengo una amiga hada como tu que vive en el bosque,¿Quieres tu también ser mi amiga? le pregunto el niño a la pequeña hadita, si le contesto.
-Cada mañana Ángel se levantaba algo más temprano que sus padres y cogía con cuidado a su mágica amiga y con las manos la impulsaba hacia arriba, momentos antes de hacer esto había colocado algunos cojines en el suelo de su habitación para evitar que se hiciera daño al caer, lo cual causaba extrañeza en su madre cada vez que iba a verlo.
-De repente Ángel se dio la vuelta y encontró frente a él a cinco hadas más que lo miraba muy enfadadas señalando a su pequeña amiga.
-Como has podido mostrarte ante este humano le decían, no os preocupes respondía la joven hada, es mi amigo.
-Ángel sonrió y les dijo, no voy a haceros daño yo tengo una amiga como vosotras en el bosque donde vive mi abuelo.
-Las hadas se miraron entre si, y aunque desconfiaban le permitieron ser su amigo,
él se ha ofrecido a ayudarme a volar, le contaba el hadita.
-Sólo quedaban dos días para que Ángel tuviera que irse, pero él estaba empeñado en que su pequeña amiga aprendiera a volar y fingió un dolor de estomago para no salir de su habitación y así poder ayudar a su hadita.
-Una y otra vez el niño la impulsaba con sus manos hacia arriba, para que ella cogiera fuerzas y así pudiera volar.
-La noche antes de irse Ángel seguía en su empeño por ayudar a su joven amiga, entonces entro su padre para darle el beso de buenas noches y el niño le pregunto.
-¿Papa como puedo ayudar a una amiga para que consiga volar? El padre sonrió y le dijo, si deseas algo con tu corazón y cierras los ojos podrás conseguirlo todo.
-Gracias Papa eso haré le respondió el niño, y cuando salió de la habitación le pidió a el hada que hiciera lo que había dicho su Padre, su joven amiga cerro los ojos y deseo con todo su corazón poder volar, Ángel la impulso hacia arriba con sus manos y por fin lo consiguió.
-A la mañana siguiente el niño se despidió de su pequeña amiga y de la mágica ciudad en la que había vivido otra maravillosa aventura.
ROSA PÉREZ REPULLO


ROSA

4 abr 2010

EL ANIVERSARIO




         Era una noche de verano, la brisa comenzaba a mecer la copa de los árboles, dando alivio a los casi cuarenta grados de ese día. Sonia, conducía  prudentemente por el carril lento de la autopista de regreso a casa, Deseaba llegar a Pilar temprano, ducharse y vestirse para la reunión de esa noche, En el asiento trasero descansaba un primoroso vestido lila y unas sandalias haciendo juego, era su aniversario de  bodas,. 
        El trafico era cada vez mas denso, tomó el celular y  avisó que llegaría con unos minutos de retraso, prendió la radio,  Joaquín Sabina cantaba a viva voz, _Y pasaron las diez y las once, las doce, y la una las dos y las tres y desnudos al amanecer nos sorprendió la_…….Todo quedó en tinieblas, el vehiculo se detuvo , la ruta estaba vacía, solo las  estrellas titilaban en lo alto, Una luz impresionante  lastimó sus pupilas, colores distintos bailoteaban  sin cesar, El objeto plateado giraba es zigzag delante del rodado, la llave de arranque no respondía
.
   El ovni  quedó, como suspendido a centímetros de la tierra, se abrieron las compuertas  y dos pequeñas figuran con enormes y calvas cabezas se acercaron, telepáticamente le comunicaron __No temas, somos amigos_ uno de ellos tomó su mano dercha, un extraño sopor la invadió
      Al despertar, miró enredador desconcertada, el paisaje era desconocido, cerros rojizos y un camino polvoriento se perdía a lo lejos. Miro su reloj, ocho y treinta de la mañana del día 17 de febrero _ imposible_-Quince días se habían  borrado de su memoria_ ,. Atontada puso el auto en marcha, cerró las ventanillas, el polvo se filtraba por los burletes mezclándose con sus lágrimas, provocándole una persistente tos, la visibilidad era escasa. 
    Manejó casi tres horas  hasta que la aguja del combustible quedó en rojo, descendió del rodado, a lo lejos divisó un caserío, camino dando tumbos, se sentía mareada por la altura y el calor que nublaban sus sentidos, cayó de bruces en la calle principal de la aldea, los lugareños corrieron hacia ella. Después el sueño vela, persona oscuras ataviadas de blanco con raros tatuajes, hablando una lengua indescifrable y dulce.
.
    ¿Cuántas  tiempo?. Cuando al fin pudo abrir los ojos, estaba en una lujosa habitación y Claudio le sonreía _Mi amor, ¿como te sientes?, ya todo pasó, la operación fue un éxito._
Ella lo miró con asombro_¿Que me pasó?_ el respondió solicito_ La noche de nuestro aniversario ¿recuerdas?, con nuestros amigos habíamos preparado una fiesta sorpresa, cotillón, Karaoke, banquete, globos, llamaste avisando tu retraso  después de una hora , pasado ese tiempo salimos a buscarte con el auto de Camila  Te encontramos a unos cincuenta kilómetros de casa, estabas inconciente dentro el auto, sucia de polvo, te trasladamos a al dispensario cercano, pero sugirieron derivarte  a un centro de alta complejidad, allí, los facultativos después de varios estudios decidieron operar  pues revelaban una mancha  en tu cerebro, fueron ocho horas de incertidumbre……….. El cirujano que  realizó la operación  me explico que había que esperar cuarenta y ocho horas parar la evolución, lo mas extrajo es que el objeto extraído se había desintegrado.
   Los días pasaban y tu no reaccionabas, hablabas  de seres extraños vestidos de blanco, de sierras, de días perdidos _ ella sonrió _ entonces no soñé_ .
     Dos días después, un oficial de policía golpeó la puerta del cuarto,  y dirigiéndose a Claudio, explico_ Señor, todo está en orden, el motor perfecto, solo nos desorienta el polvo rojo pegado al automóvil, inexistente en esta zona, Sonia contestó rápidamente, _imposible, ese día yo misma lleve el auto al lavadero y lo retiré después de hacer de comprar , el vestido y los zapatos lila que coloque`en el asiento trasero ¿ ¿Sabe oficial? Era nuestro aniversario de bodas_
             El hombre los miró asombrado_ Señora en el asiento trasero de su auto solo encontramos una tunica blanca con jeroglíficos extraños, como ese que usted tiene tatuado en su tobillo izquierdo_ Sonia, bajo la mirada y si, allí había un dibujo tan real como su aventura .
                                                El silencio flotó en la habitación
    

Lydia Raquel Pistagnesi