En sus cuentos -me refiero a mi hija-, que son breves, hay misterio, suspenso. Y siempre mata a alguien. Acababa de leerme el último, y en ese, moría el protagonista. Le dije: ¿Por qué no hacés que siga vivo? Ella me explicó: No me salía, no sabía cómo continuar, me cansé y, además, ya estuve mucho rato. Le sugerí: Seguí escribiéndolo mañana. Dijo: No; porque es un cuento corto.
Rolando Revagliatti
Rolando Revagliatti